musulmanes y judios
Politica-Medio oriente

La convivencia de musulmanes y judíos es posible

He recibido una carta escrita por Víctor Toledo Selman de la Comunidad Palestina de Chile que me han pedido leerla y difundirla. He atendido a dicho pedido, la leí y creo que por su contenido y por quien la ha escrito vale la pena difundirla.

Su autor Víctor Toledo Selman es miembro de la Comunidad Palestina de Chile. Es médico ginecólogo – Obstetra graduado en la Universidad de Chile. La carta no tenía título y me atreví a poner como tal, la positiva conclusión a la que llega su autor de que la convivencia de musulmanes y judíos es posible si interpretamos correctamente la historia. A continuación transcribo el mencionado documento sin quitar ni agregar palabra, punto o coma ninguna.

He visto como muchos palestinos en Chile defienden el conflicto en Gaza con un patriotismo casi fanático, como si fueran sus familiares más cercanos quienes están en peligro de muerte. Comentan con distintos grados de conocimiento sobre la situación de Medio Oriente, y con una dosis constante de anti-judaísmo, o como se disfraza hoy en día, de “anti-sionismo”.

Pienso que las causas que motivaron el operativo israelí contra Hamas están bien justificadas. Cada cual puede tener su opinión. Es cierto también que a estas alturas la situación se está saliendo de las manos, pues cientos de civiles inocentes han muerto, lo cual obviamente, nadie puede justificar.

Las redes sociales muestran a diario opiniones de cientos de chilenos, motivados por una solidaridad humanitaria bastante comprensible.

Pero muchos de los chilenos con herencia “palestina” le añaden a sus comentarios un énfasis ultra patriótico y anti-judío, el mismo automatismo que se viene repitiendo desde los años 70 y que parece combinar muy bien con su fiel consumo de hojitas de parra y kubbe crudo. Así, la guerra en Gaza termina siendo una guerra de propagandas tanto como de misiles, y ese tan entusiasta “patriotismo palestino” confunde y olvida la realidad.

Palestina es la Tierra Santa, donde la religión es la que define tu identidad e historia. La GRAN mayoría de los palestinos en Chile somos y fuimos CRISTIANOS de Cisjordania, principalmente Belén y Beit-jala, por lo tanto, poco y nada tenemos en común con los MUSULMANES de Gaza. Ha existido una comunidad cristiana en Belén desde tiempos inmemoriales, seguramente desde tiempos de Jesús mismo. Esta comunidad habló arameo, griego, y finalmente la historia determinó que hablaran el idioma árabe.

¿Se han dado cuenta que nadie de los que salen en las noticias de Palestina es de apellido Zaror, Saieh, Selman, Abumohor, Chahuán, Jadue, Lasen, Bendeck o Bishara? ¿Alguno de nosotros tiene algún bisabuelo que se llame Mohamed? La mayoría de nuestros antepasados se llamaron AbrahamElíasJosé o Juan.

La diáspora palestina al mundo (y a Chile especialmente) no fue motivada por la inmigración israelí. Los judíos no echaron a nuestros tatarabuelos. Palestina en el año 1910 era una tierra pobre, decadente, buena para nada. Los 400 años de dominio turco no hicieron más que reventar a su población con impuestos. Para los turcos, Palestina no era más que la “Siria del Sur”, una tierra de poca relevancia, excepto por el valor espiritual de Jerusalén mismo. La mayoría de los palestinos en Chile salieron al mundo buscando mejores oportunidades que las que ofrecía el decadente imperio turco.

La inmigración judía pre Israel (1880 – 1948) fue lo que revivió la tierra. En esos años, no le quitaron la tierra a nadie porque no había nadie a quien quitársela. Los judíos llegaron con dinero, esperanza y ganas de construir su país propio. Se crearon focos de actividad judía que resucitaron la economía local, la nueva agricultura y un buen manejo del agua, junto con la creación de miles de puestos de trabajo, y permitieron que Palestina pudiera sostener una población miles de veces más grande.

Los árabes, empobrecidos hace siglos, llegaron desde todas las tierras vecinas a aprovechar las nuevas condiciones que ofrecían los judíos. La población de Palestina se multiplicó como nunca antes en su historia, a costa de inmigración árabe (más que inmigración judía). Los Palestinos de Chile, por lo tanto, tienen poco o ningún vínculo con la población palestina post-1948.

La ocupación militar de Israel en territorios palestinos, y la misma militarización de Israel, es resultado directo de la agresión conjunta de SiriaEgipto y Jordania entre 1948 y 1967. Si los estados árabes hubiesen permitido que Israel tan solo EXISTIERA, todas las fronteras se habrían respetado. Israel probablemente estaría funcionando con ciudades prósperas y modernas en Tel AvivHaifaGalilea y el Neguev; mientras que los palestinos, aunque sea triste reconocerlo, estarían todavía peleándose entre ellos, hundidos en un estado tercermundista de Gaza/Cisjordania, con realidades semejante a sus hermanos en SiriaEgiptoIraq o Afganistán.

A muchos les parecerá que estoy aminorando o justificando las calamidades que ha sufrido el pueblo palestino después de 1948, no es esa mi intención, sólo digo que las cosas habrían sido muy distintas si los países árabes vecinos hubiesen sido más tolerantes con Israel.
Siempre ha habido judíos en Palestina. Después de Cristo, siempre ha habido cristianos en Palestina. Judíos y cristianos siempre han convivido pacíficamente en Palestina. Nunca ha habido un estado árabe-musulmán basado en Palestina. Nunca ha existido un estado árabe-cristiano en Palestina. No hay ningún motivo para que los palestinos chilenos tengan sentimientos anti-judíos.

Hamas quiere destruir a Israel. Si lograra este objetivo, montaría un Estado Islámico en Palestina. No sería tan distinto a lo que fue Afganistán con los talibanes. Sería un país pobre, retrógrado, militarizado, opresor; las mujeres andarían todas tapadas, y de no hacerlo seguramente serían severamente castigadas. El turismo y peregrinación a Tierra Santa se verían muy restringidos. Para qué hablar de las maravillas arqueológicas que serían destruidas o mal utilizadas. ¿Eso es realmente lo que queremos para nuestra Tierra Santa?

Los hechos son los hechos. Yo actualmente no me considero ni cristiano ni de ninguna religión. Soy chileno, y mi herencia palestina no es más que 1/4 por el lado de mi madre. Así, yo preferiría que la Tierra Santa siga siendo administrada por Israel. Han construido un país maravilloso, próspero, y tolerante con todas las creencias. Si no hubieran bombazos suicidas, no habría necesidad del Muro de separación con Cisjordania; habría sólo convivencia y paz.

No digo que no nos horroricemos con la situación actual. Pero si lo hacemos, que sea por solidaridad humanitaria y no por elegir un bando político de una causa ideologizada con el cual no tenemos mayor vínculo. Si tanto nos preocupa el sufrimiento del pueblo árabe, ¿dónde están los comentarios de todos los defensores de los DD.HH que saltan contra Israel, pero que guardan silencio ante las grandes masacres de nuestros “hermanos” en Libia por Gadaffi, en la guerra civil en Siria por la dinastía de Al-Assad, en Irak por el grupo ISIS o por el tirano de Hussein, en Irán por los ayatolas, en Egipto por derrocar al dictador Mubarak o por el fanatismo que buscaban imponer los Hermanos Musulmanes, o tantos otros escenarios de opresión, abusos y ausencia de libertad?

Con todo el respeto que merecen todas las personas, independiente de su raza o religión, pocos pueden negar que el Islam en el último tiempo ha sido una religión rígida e intransigente. Sus formas más radicales han sido origen directo o indirecto de muchos de los más sangrientos conflictos del Medio Oriente. Lamentablemente, muchos palestinos musulmanes son moderados y están obligados a seguir al régimen del Hamas por terror, oprimidos y sometidos por la fuerza.

La convivencia de musulmanes y judíos es posible; pero si no interpretamos correctamente la historia, seguiremos eternamente estancados en lo mismo.

Lo puede leer también en el Diario La Razón

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Gobierno español se empecina en su política antisemita y, en el fondo, antijudía

Hace ya un tiempo que el actual gobierno español desde su presidente Pedro Sánchez, su socia Yolanda Diaz y su representante de política exterior Josep Borrell están empecinados en atacar a Israel.

Por un lado, la insistencia de Yolanda Diaz, vicepresidenta segunda y líder del partido de izquierda Sumar por reconocer a un estado palestino terrorista. Por otro con las acusaciones falsas permanentes del Sr. Borrell abusando de su cargo de Jefe de la política exterior de la Unión Europea. Y por supuesto por el presidente de gobierno Pedro Sánchez que para no perder su puesto atendiendo a todos los que con su voto lo mantienen en el cargo, tuvo no sólo la descortesía y el desparpajo de inmiscuirse en la política del estado de Israel sino de manifestar su apoyo al grupo terrorista Hamas.

Por supuesto no se les ocurre abogar por los rehenes secuestrados, maltratados, violados y denigrados que siguen en poder de Hamas en las peores condiciones posibles.
Yo me pregunto entonces, ¿para qué atrajeron a los descendientes de los judíos españoles expulsados en 1492 reconociéndoles la nacionalidad española? Me pregunto si se trata del siguiente plan conociendo cómo se maneja la izquierda progresista. Tal vez sea para fortalecer la economía española con un grupo de gente trabajadora, exitosa y próspera para que residan en España y luego, cuando la mayoría musulmana que está invadiendo España vuelva a instalar el califato iniciar una moderna inquisición y expulsar a los judíos arrebatándoles todos sus bienes.

De repente se han “modernizado” y con los nuevos métodos terroristas implantados por grupos como Hamas, apliquen la yihad musulmana y eliminen a todos los judíos que vivan en España.
Si a ustedes les parece que lo manifestado por mí no tiene sentido entérense más bien del sin sentido de las recientes declaraciones del Sr. Borrell. Dijo: “En Gaza ya no estamos al borde de la hambruna; Estamos en un estado de hambruna, que afecta a miles de personas. Esto es inaceptable. El hambre se usa como arma de guerra. Israel está provocando hambruna.”

El Sr. Borrell sabe perfectamente que esto es falso. Oculta que Israel no sólo ha aprobado el envío de alimentos y suministros a los palestinos de Gaza, sino que al mismo tiempo lo ha hecho el propio Israel. Se está comprobando que los que se apoderan de todos los envíos son los miembros de Hamas que al mismo tiempo venden estos productos a los palestinos de Gaza.

Por supuesto frente a estas mentiras funcionarios israelíes reaccionaron con indignación. El ministro de Relaciones Exteriores israelí Israel Katz, destacó la incautación de los convoyes de ayuda por terroristas de Hamas con la aparente aceptación de UNRWA, la agencia de la ONU únicamente dedicada a los refugiados palestinos y sus descendientes, varios de cuyos empleados participaron en la masacre del 7 de octubre.

«Israel permite una amplia ayuda humanitaria a Gaza por tierra, aire y mar para cualquier persona dispuesta a ayudar», declaró Katz, a pesar de que Hamas interrumpió violentamente los convoyes de ayuda y la colaboración de UNRWA con ellos». Katz luego le dijo a Borrell que «dejara de atacar a Israel y reconociera nuestro derecho a la autodefensa contra los crímenes de Hamas».

En una publicación contundente en la misma plataforma, el portavoz del gobierno israelí, Eylon Levy, señaló que el domingo, “8 millones de libras de comida entró en Gaza por tierra. Eso es 4 libras de comida per cápita. Eso no es la hambruna, el hambre o la inseguridad alimentaria catastrófica «.
Levy agregó claramente al Sr. Borrell de declarada judeofobia y antisemitismo: «Lo siento si los hechos son incómodos para sus esfuerzos para ayudar a los violadores de Hamas a sobrevivir al 7 de Octubre y seguir vivos para tratar de aniquilarnos».

Por otro lado, en un comunicado, Cogat, la agencia israelí que contribuye a la ayuda humanitaria a los palestinos en Cisjordania y Gaza señaló que desde principios de marzo, “un promedio de 126 camiones de comida ingresó a Gaza todos los días. Esto es un 80 por ciento más de camiones de comida que ingresan en comparación con antes del 7 de octubre. 500 camiones ingresaron a Gaza todos los días antes del 7 de octubre, transportando suministros de construcción, agricultura y industriales; De ello sólo un promedio de 70 transportaba comida mientras ahora lo hacen 126″.

Para terminar, debo señalar que estos son hechos y no las falacias que inventa el actual gobierno de España. Por ello declaro mi indignación y mi tristeza que esto venga de un país que admiro, aprecio y me identifico con la mayoría de sus habitantes que a diferencia de los dirigentes que he nombrado y que apoyan al grupo terrorista Hamas y a lo más maligno del género humano tienen los altos valores de nuestra civilización occidental.

Ojalá en sus próximas elecciones no sean como nosotros los peruanos que nos empecinamos en votar por los peores candidatos. Por si acaso no es mi deseo inmiscuirme en la política interna de España sino sólo mis mejores deseos de que acierten con sus votos y no se equivoquen por favor.

También lo puede leer en el Diario La Razón

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