Azi Wolfenson U.
Son de preocupar las oportunas declaraciones del director gerente de Proyectos de Generadoras Eléctricas de Promoción de la Inversión Privada (Copri) y que transcribe el diario Expreso en el sentido de que si no se logra que las empresas Egasa (Arequipa) y Egusur (Tacna) crezcan, su participación en el mercado se hará cada vez mas pequeña.
“En mi opinión las empresas estatales que no reciban aportes efectivos de capital, es decir que no logren contar con la inversión de un operador estratégico eficiente y que disponga con los fondos necesarios, tenderá a ver minimizada su importancia”, enfatizó.
En el año 1972 las empresas eléctricas privadas no tenían la capacidad para ampliar sus instalaciones. Frente a la demanda creciente, el Estado decidió estatizar prácticamente todo el Servicio Público de Electricida y encargar su manejo a Electro-Perú. Lamentablemente, en esa oportunidad no se le transfirieron los fondos necesarios y sin embargo la empresa terminó la Central del Mantaro que es el principal productor de energía eléctrica en el país. El gobierno del General Morales Bermúdez corrigió esta situación recién entre 1978 y 1980 al promulgar una serie de leyes por las cuales el estado asumía como aporte de capital una serie de obras que realizaba Electroperú.
De manera que cuando se hace cargo del gobierno el Arquitecto Belaúnde, Electroperú no sólo generaba utilidades y había sido felicitada por el Banco Mundial sino que tenía una gran capacidad de endeudamiento para asumir los nuevos grandes proyectos de electrificación que el Perú necesitaba.
Una de las leyes mas importantes era que los impuestos en soles que pagarían las empresas petroleras extranjeras irían a aumentar el Capital de Electroperú destinado especificamente a proyectos de inversión en proyectos hidroeléctricos. Esto aseguraba el financiamiento de las obras locales y la creación de nuevas fuentes de trabajo a través de las constructoras nacionales. Otra era que la deuda por la ampliación de la Central del Mantaro (Restitución) era asumida igualmente por el Estado como aporte de Capital a su empresa.
Sin embargo, apenas el actual Ministro de Economía y Finanzas se hace cargo en ese entonces del Ministerio de Energía y Minas lo primero que hace es cambiar esas dos leyes con lo cual perjudica el futuro de Electroperú que tuvo que enfrentar nuevas obligaciones y vió recortada su capacidad de emprender nuevas obras (sinónimo de fuentes de trabajo). Felizmente Electroperú asumió el reto con éxito. Terminó de pagar las Centrales que posee y por lo tanto su costo de generación es mínimo.
Por ello me preocupa hondamente que se abandone a las empresas públicas del Sector y no se las apoye. Se sigue hablando de privatizar el Mantaro, a lo cual me he opuesto porque sería regalar una joya. En el Perú no se han dado las condiciones como para ello. Al contrario, no existe ni una Comisión reguladora ni reglas claras al respecto de las tarifas para no perjudicar a los usuarios ni la competencia que permita al consumidor escoger de quien comprar su electricidad.
Debo agregar que en los países en que se ha producido esta privatización sin darse los factores necesarios para ello se ha fracasado. Como ejemplo cito a Inglaterra y al propio Estados Unidos donde se ha producido la mayor crisis energética en el estado de California en que todos han salido a reclamar contra la empresa privatizada por deficiencias en el servicio y por el alto costo de las tarifas. Si existe interés de invertir en el Sector se puede hacer a través de proyectos nuevos que sí van a generar trabajo y atender la futura demanda del desarrollo del país.
Parece que cada vez que escribo me ocupo con preocupación de lo que va a hacer el titular de Economía y Finanzas. Pero, lamentablemente “por sus obras los conocerás” y hasta ahora no le veo una acción clara y decidida en beneficio del futuro de nuestro país y de sus grandes mayorías.
Azi Wolfenson Ulanowski 